Pacientes con movilidad disminuida consiguen autonomía con exoesqueletos

Depresión, pérdida de la capacidad productiva y otros trastornos tanto psicológicos como sociales son algunas de las consecuencias menos expuestas pero más devastadoras entre las personas que sufren por haber perdido o ver disminuidas sus habilidades motoras. Por lo tanto, el uso de exoesqueletos para asistir en su movilidad, no solo presentan los beneficios obvios para la salud, sino que le brinda a los afectados un nuevo sentido de autonomía, mientras disminuyen los niveles de estrés en los familiares.

Los exoesqueletos robóticos son armaduras vestibles que ayudan a las personas a cargar pesos que de otra manera no podrían, andar distancias más largas con menos esfuerzo, multiplicar sus fuerzas y muchos otros beneficios que originalmente fueron pensados como de uso militar, pero que gracias a la visión de profesionales de la medicina abocados a esta rama, desde hace algún tiempo se usan para ayudar a personas con enfermedades motoras a recobrar pare de su independencia.

Accidentes Cardio Vasculares (ACV), lesiones cerebrales o de la médula espinal son algunos de los cuadros por los cuales un paciente puede perder el uso de sus habilidades y que se sirven grandemente de estos equipos, que colocados sobre el cuerpo o alguna parte en específico, asisten a la persona en la realización de actividades de otra manera rutinarias para personas sanas.

Las fisioterapistas ayudan a los afectados a atar con correas sus brazos o piernas al traje bionico, así como un rígido aparato ortopédico alrededor de la cintura, y con el uso de muletas la persona logra ponerse de pie y caminar en cuanto se sienten listos. Sensores de peso en el traje perciben los cambios de balance que hace el cuerpo al caminar, indicándole al esqueleto que dé un paso, y su mecanismo intuitivo le ayuda a andar lo más normal posible.

El diseño de los exoesqueletos está pensado para ayudar a moverse a los pacientes heridos luego de sufrir la lesión, lo que puede hacer una enorme diferencia en el tiempo de recuperación, llegando incluso a dar entre 200 y 300 pasos tan solo en la primera sesión; de igual manera esto causa un gran impacto positivo en el ánimo del paciente y su familia.