Las nanoagujas son estructuras porosas de diminuto tamaño que actúan como una esponja y logran cargar mayor cantidad ácidos nucleicos que las estructuras sólidas normales. Por esto mismo, están más aptas que cualquier otro medio a la hora de penetrar la célula, sobrepasando la membrana exterior, para liberar diversos componentes en su interior.
Están elaboradas con silicio biodegradable (se degradan en dos días), y pueden ser dejadas en el interior del cuerpo sin causar ningún tipo de daño o dejar algún residuo tóxico
en él. Pero lo más importante es que, si es necesario, ellas pueden
ayudar a órganos y nervios dañados a repararse por sí mismos y también
puede lograr que los trasplantes se adapten con éxito.
Científicos del Instituto de Investigación Metodista de Houston, en Estados Unidos, y los de Imperial College en Londres, están desarrollando investigaciones exhaustivas para saber si es posible utilizar el ácido nucleico para la reprogramación de las células, con el fin de que se lleven a cabo diferentes funciones que beneficien a los seres humanos.
Estas microscópicas nanoagujas son un gran paso hacia el futuro de la medicina, ya que permiten crear nuevos vasos sanguíneos, deido a sus diminutas dimensiones y funcionalidad. Cuentan con un tamaño que es 1.000 veces más pequeño que un cabello, y son esqueletos porosos que actúan como una esponja.
Entonces ¿qué más podemos esperar de las nanoagujas? Se espera que pueda proporcionarle vasos sanguíneos a órganos artificiales, y de esa manera conectarlos con el cuerpo. Aunque también se han hecho grandes avances en la genética; tal vez en un futuro contemos con tratamientos personalizados que cuenten con un muchas posibilidades para su diagnóstico y tratamiento. Y, por si fuera poco, se está desarrollando un vendajes flexibles hechos de estas agujas que curarían la piel quemada o para tapar órganos.
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