domingo, 19 de junio de 2016

La terapia de protones abre nuevas puertas en el tratamiento del cáncer

Tratamientos de radiación destinados a combatir el cáncer se han vuelto tan precisos como la punta de una estilográfica, esto gracias al uso de una nueva herramienta médica conocida como el lápiz de rayos de terapia con protones, con el cual los doctores pueden localizar y atacar con más certeza los tumores que nunca antes, mientras se reduce grandemente el número de sesiones y el riesgo de afectar células sanas, por medio de una tecnología que tiene ya un par de años, pero que se hace popular en estos días.

Dr. Sameer Keole, experto en terapia de protones

Las máquinas de terapia de protones usan magnetos para acelerar el hidrógeno en un tipo de acelerador de partículas llamado sincrotrón, y luego los envía por una boquilla a una sala de tratamiento. Ya sea cáncer de próstata o cualquier otro tipo, la radiación tradicional se aplica a un lado del cuerpo y luego al otro, potencialmente dañando tejido sano y los órganos del cuerpo, mientras tanto, el haz de protones puede detenerse justo en la tuberosidad, cuidando los alrededores de daño o maltrato.

Cada vez más centros de salud, adoptan esta tecnología

El Dr. Sameer Keole, uno de los expertos más importantes de esta especialidad en los Estados Unidos, explica el funcionamiento de la misma con una alegoría, “pensemos en la terapia de protones como si fuese un automóvil”, indica el galeno, que luego propone que el mencionado vehículo rinde 20 millas por galón de combustible; si se le colocan tres galones, el carro andará por 60 millas y luego se detendrá, esto es exactamente lo que los protones hacen.

La aplicación de esta terapia reduce de manera notable la cantidad de sesión de radiación

Un scanner de este tipo puede usarse de izquierda a derecha y de arriba abajo, utilizando magnetos colocados en forma lineal y en forma de cruz, por lo que se maneja de manera muy elegante, según explicó el investigador. Tal nivel de precisión implica que los médicos pueden usar con seguridad dosis de radiación más altas en los pacientes, acortando el tratamiento de  los normales 44 días a unos 28, lo que también hace el tiempo de recuperación mucho menor.

Esta tecnología es aún bastante costosa, pues cada máquina puede llegar a costar hasta 80 millones de dólares, por lo cual hasta el momento existen poco más de dos docenas de estas en todo el país del norte; sin embargo, cada vez más los centros de salud se han ido abriendo a la idea, invirtiendo en el uso de esta técnica.

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